Marcus Holloway, calificado como terrorista y peligro público aún sin haber realizado ningún acto ilegal, decide unirse al grupo de Hacktivistas Dedsec, con el propósito de acabar con el control tecnológico de las mega-corporaciones que venden la vida privada de los ciudadanos al mejor postor, usando su propia arma contra ellos.

 

De lo oscuro y serio… a lo despreocupado y divertido

Una de las mayores diferencias con su primera entrega también es uno de sus mayores aciertos: la diversión, pues, aunque la trama que proponen para esta entrega tiene un marcado tono formal (pues el dilema que se presenta puede ocurrir perfectamente en nuestra sociedad actual) se resuelve de manera elegante, amigable y sobretodo…divertida, presentándonos unos personajes con los que conectaremos rápidamente mientras resolvemos algunas situaciones de manera contundente, pero a la vez cómica.

 

A tener en cuenta: La mejora respecto al primer título es notable con la inclusión de nuevos modos online, como competitivo contra otros jugadores o misiones cooperativas.

 

El cambio de aires también se ve en el arte presente en el videojuego, tanto en vestimentas como en pinturas para “tunear” nuestros vehículos, armas y demás coleccionables, dándole un tono rebelde y gamberro muy bien logrado.

 

Una mecánica de juego con muchas posibilidades

Nuestra más valiosa arma es también el punto fuerte y diferenciador de la saga Watch Dogs y de este juego, el Hackeo de cualquier sistema electrónico. En este aspecto nos presentan numerosas posibilidades. Podremos desde acceder al móvil de alguien cercano a nosotros para ver su perfil e interactuar con él, cambiar los semáforos de la ciudad para retrasar a nuestros perseguidores, hasta manejar vehículos o nuestros drones por control remoto.

 

A tener en cuenta: Todas estas posibilidades, unido al amplio árbol de habilidades con el cual mejorar cada uno de los aspectos del personaje, hace que la experiencia sea altamente divertida y ágil, pudiendo abordar cada misión de manera única y diferente. Para ello hay que prestar atención a todo lo que nos rodea antes de dar cualquier paso en falso, ya que en este juego prima el sigilo e infiltración frente a la acción directa, aunque también tenemos a nuestro alcance un buen puñado de armas y habilidades para este aspecto por si somos más de disparar y preguntar después.

 

Cada misión es un reto que puede ser planteado de diversas formas, desde hackear los sistemas electrónicos a nuestra disposición usándolos como distracción o trampa mortal, a afrontarlo de una manera más directa.

 

Un sandbox diferente y que sabe diferenciarse.

Como videojuego de mundo abierto, también tenemos que hablar de la ciudad de San Francisco, la cual ha sustituido en esta entrega a Chicago. Ubisoft nos la presenta como una ciudad alegre, desenfadada y llena de cosas que hacer e, incluso, veremos en ella referencias o parodias de importantes empresas de la industria del videojuego.

 

A tener en cuenta: En esta ciudad también hay espacio para elementos ya presentes en juegos de este estilo, como carreras de todo tipo, persecuciones, puntos de interés como tiendas de ropa, bares, etc… u objetos ocultos para potenciar a nuestro personaje. El mapa en su conjunto es amplio y luce bastante bien técnicamente.

 

La principal diferencia respecto a otros juegos del género es que uno tiene la sensación de control sobre la ciudad gracias a nuestra herramienta de hackeo, haciéndonos creer que la ciudad es nuestra en todo momento y que está a nuestra entera disposición.

 

Articulo originalmente publicado en www.carrefour.es