Además de los juegos oficiales del Mundial de Rally que salen año tras año, varios pilotos han tenido un videojuego con su nombre. Aunque muchos recordemos el juego de Carlos Sainz y su Toyota Celica para máquinas recreativas de principios de los 90, el título no llevaba su nombre porque, ese año, el piloto cambió de escudería. Los que sí han tenido juegos muy importantes han sido Colin McRae y Richard Burns entre otros. El de este último, publicado en 2004, es considerado por muchos como el mejor simulador del género. Ahora le ha tocado el turno a Sébastian Loeb, campeón mundial durante 9 años consecutivos antes de retirarse de esa competición.

 

Contenidos

A pesar de no contar con la licencia oficial del campeonato del mundo, el juego no se ha quedado corto de contenidos. Tiene ocho rallys distintos: dos en asfalto, uno en barro, tres en tierra y dos en nieve. Cada uno de ellos cuenta con varias etapas sobre varias superficies distintas. A esto hay que sumar cinco circuitos de la modalidad Rallycross y la subida a la mítica montaña Pikes Peak, de casi 20 Km, en su versión moderna de asfalto. La versión de tierra también está disponible, pero no en el juego base sino como contenido descargable. En total el juego incluye más de 300 Km de carretera.

 

A tener en cuenta: En el apartado de coches también hay de sobra donde elegir, 58 modelos de 16 fabricantes distintos, que engloban máquinas desde el Mini Cooper S del 64 hasta los más modernos. Todos ellos están perfectamente recreados y con un control muy característico, no hay dos coches que se manejen igual.

 

Como en todo buen juego del género, la función del copiloto es esencial. Aquí está doblado al castellano. Habla muy deprisa y al principio cuesta enterarse bien cuando canta varias curvas seguidas. Parece que podría ir más lento pero una vez se empiezan a utilizar los coches más rápidos se comprueba que era imprescindible esa velocidad.

 

Modos de juego

Hay varias opciones para correr:

 

- Modo rápido: el jugador puede configurar una carrera y coche de entre los disponibles, sin otro objetivo que competir.

 

- Modo Carrera: mediante una serie de pruebas, el jugador va progresando. Se consiguen créditos para comprar otros coches y se avanza en un ranking de puntuación que da acceso a retos más difíciles. Es el modo más completo del juego y el lugar principal para desbloquear todos los coches.

 

- Loeb Experience: dividido en siete apartados, Sébastien Loeb cuenta en varios vídeos cómo ha sido su carrera deportiva y después el jugador debe emular las carreras más importantes del piloto.

 

- Multijugador: el juego cuenta con pruebas online, para correr contra otros pilotos, tanto en etapas cronometradas como de Rallycross.

 

A tener en cuenta: También hay una pista con dos zonas en las que hacer pruebas contra el crono para practicar y probar los coches, una sobre asfalto con conos y otra en una cantera.

 

Para que el modo Carrera no se haga monótono, en lugar de hacer un rally completo detrás de otro se combinan etapas individuales de varios rallys con pruebas en circuitos de Rallycross. En estos circuitos, algunas veces son carreras contra otros cinco pilotos, todos a la vez en pista y otras, pruebas de habilidad. Una vez ha avanzado bastante en este modo empiezan a aparecer competiciones de rally completas, pero no al principio, para que haya contenido para todos los gustos.

 

¿Simulación o Arcade?

El juego es un simulador. El control de los coches intenta ser lo más realista posible y lo consigue con muy buenos resultados. En este tipo de juegos, las personas que no están acostumbradas suelen intentar ir demasiado rápido, pensando que eso es lo que ven en la competición real en televisión, pero si se empieza despacio, sin ir a fondo y frenando pronto, en pocas partidas se le coge el truco al control. Como se empieza con coches lentos, es más fácil acostumbrarse. Lo cierto es que con una configuración de dificultad media y las ayudas activadas, es bastante permisivo con los errores. Incluso se incluye una opción de rebobinado para aquellos que deseen usarla en caso de fallar en alguna curva y así no tener que repetir la etapa entera.

 

A tener en cuenta: Aunque se puede jugar con una cámara desde detrás del coche, en los simuladores es más aconsejable usar la cámara sobre el capó o las interiores. De estas últimas, el juego incluye dos, una sobre el salpicadero y otra sobre el volante. Con estas cámaras se tiene mejor referencia de la velocidad y dirección del coche, por lo que es más fácil conducir, pese a que pudiera parecer lo contrario a simple vista.

 

El control con mando está muy bien conseguido, los coches se manejan perfectamente, pero si se tiene ocasión de jugar con un volante, siempre que se pueda debería ser la opción elegida.